Es una de las experiencias mas duras que podemos pasar los hombres.
En nuestro pasar por la vida es inevitable, y no por ello menos doloroso, el que personas que nos han acompañado se despidadn para siempre de nosotros.¿Para siempre?
En este blog he recordado a dos por lo menos.
A Pedro, que cuando me veía me llamaba "Txistulari".
A Izaskun que siempre sonreia y decia:¡Dios te ama mucho!
De alguna de las maneras siempre nos saludan por las mañanas, y en tiempos de soledad, o sequedad de espíritu estan a nuestro lado.
Es que al amor siempre queda.
El amor transforma la limitación en amplitud, la muerte en vida.
Nuestra vida es un continuo entrar y salir.Entramos al nacer, salimos al morir.
Ese morir es un alumbramiento a una vida nueva.
Aqui nos quedamos con el dolor, allí están ya en el gozo perpetuo.
Llegará un día en que nos volvamos a encontrar, y reiremos juntos otra vez.
La mirada que ahora ha perdido a la persona amiga, la volverá a encontrar.
Secaremos por el momento nuestras lágrimas, y las lágrimas de nuestros compañeros.
La muerte está vencida.
De eso estoy convencido.
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