viernes, 21 de diciembre de 2007

La navidad del Pastor

Una noche mas estaba sentado alrededor del fuego, comiendo unas legumbres secas y escuchando las historias antiguas de Felipe.
Felipe fue antes que pastor de ovejas, administrador de una finca que poseía un acaudalado terrateniente de Judá.
-¡Muchachos!- Tengan confianza en Dios, el siempre ha estado con su pueblo y ahora no nos va a fallar.Muchos siglos llevamos arrastrando la cadena de nuestras faltas, y pronto ha de llegar aquel que tiene la fuerza para romperlas.
La libertad alborea ya,como un timido sol que al mediodía se convierte en vida para todos la tierra.
Yo me caía de sueño, y además con la tripa llena ya, pues a penas escuchaba sus palabras.
Cuando de pronto hubo un resplandor.
Una luz como si un sol se levantase en medio de la noche.
Su luz era cada vez mas inmensa y llenaba todo el valle.
El corazón se me desbocó y latía con fuerza como si fuese a estallar.
Otros pastores que mas lejos observaban el misterioso acontecimiento vinieron corriendo muertos de miedo.
La luz seguía siendo cada vez más intensa.
Una música llenó el valle, y hasta las ovejas se puesieron a bailar y balar a coro.
Eran como campanitas, flautas muy dulces, y un sonido jamás escuchado como un arpa de tres metros.
Una voces gritaban: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres heridos hambrientos de la justicia de Dios.
La letra se repetía sin cesar.
Mi corazón se calmó, y yo mismo empecé a cantar aquella melodía.
Un hombre se acercó hasta nosotros, no se de donde pudo salir, y nos dijo:
-Os traigo una gran alegría, hoy en Belen de Judá os ha nacido el Salvador.
Aunque eran horas de la noche no quisimos esperar y fuimos corriendo a donde nos dijo aquel personaje.
En contramos en un portal sencillo, a un niño entre pañales,mecido en manos de su madre, y a su padre recojiendo leña y edecentando aquel lugar.
Algunos se acercaron y lo besaron, otros se arrodillaron, yo solo le mire y lo mire y cuanto más lo miraba mas paz me llegaba.
Largo rato estuvimos asi, con aquella familia, y en aquel lugar.
El día ya se levantó y teníamos que ir con nuestras ovejas podría haber estado allí una eternidad.
Al volver se oía decir a Felipe.
-¡Muchachos!-Ya os lo dije, nuestro Dios viene pronto a salvar a su pueblo.

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