Estos días los chicos no tienen colegio.Algunos aprovechan para hacer deporte, otros para lanzarse a las consolas y devorar juegos, otros para tocar su instrumento favorito, y algunos simplemente comen pipas en la calle con sus colegas.
Hacia yo mi paseíto vespertino cuando dos adolescentes me paran en la calle.
-¡Te hecho una carrera!-Me dice uno poniendo sus ojos aburridos sobre mi.
Podía haber elegido cualquier otro, joven o viejo, polocia o de paisano, hace años hechabamos carreras a los policias en las manifas.
Pero que aburrimiento mas monumental tiene que llevar a un adolescente después de una semana larga de vacaciones a no tener otro entretenimiento que hechar una carrera con el primer desconocido que le sale al paso.
¿Que le contesté yo?-
Creo que nadie lo adivinaria.En un primer momento me quede como impactado por semejante proposición.Le mire.Volvía mirarlo fijamente. Y le dije;
_¿A que no?-
No me entretuve mucho con el, creo que en la situación en que estaba,de muermo aburrido ototal,era perder el tiempo.
A quien si le he hablado es a Dios de el.
Para que lo bendiga.Dándole un deseo ardiente en el corazón en el que emplear todas sus hormonas, y latidos de corazón, en vez de estar lleno de telarañas pensando a quien hechar una carrera.
Estaba el maestro sufí pescando, cuando paso un hombre por detrás dándole una colleja que sono fuerte.
El santo varón sin perder la compostura le dijo:
-Que Dios te bendiga.
Sus discípulos al oirlo se dijeron;-Que santidad la del maestro que bendice a quien le hace mal.
Mirándoles se sonrió y les dijo.
- Bueno, concretamente santidad no es, si Dios le bendice estara más contento y no andará por ahi dando collejas a nadie.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario